28 oct 2013

Las empresas congelan inversiones a la espera del fin de ciclo kirchnerista


El empresariado no cree en un nuevo escenario tras la derrota del oficialismo. Advierten que sus reclamos deberán esperar hasta las próximas elecciones presidenciales

Diez días atrás, durante el devenir del 49 Coloquio de IDEA que se llevó a cabo entre el 16 y el 18 de octubre en Mar del Plata, importantes hombres de negocios consultados por El Cronista admitieron tener en stand by varios proyectos de inversión a la espera de conocer cuál será el rumbo que el Gobierno tomará en los próximos dos años de mandato. Un rumbo políticamente debilitado pero que, sin embargo, no abre demasiado optimismo en cuanto a eliminar o, por lo menos, flexibilizar medidas consideradas antipáticas para los empresarios.
Los ejecutivos esperan que la pérdida de votos del Frente para la Victoria obligue, más que convenza, a quienes aconsejan a Cristina Fernández a debatir una agenda de temas sensibles a la hora de volver a atraer capitales e incluir a la Argentina en el mapa de las inversiones internacionales y del contexto económico global.
En este marco, apuntan como positivas algunas señales evidenciadas a favor de un mejor vínculo con los organismos internacionales como el pago de las deudas del Ciadi para destrabar créditos del Banco Mundial; la negociación con el FMI por el nuevo índice de precios y los cambios en Ganancias y el monotributo.
También valoran el reconocimiento de algunos miembros del Gobierno sobre el fracaso en la lucha contra la inflación (Daniel Scioli) y la necesidad de “revisar” el cepo al dólar (Alejandro Vanoli).
Pero sospechan que sean muletillas electoralistas y que el rumbo económico siga siendo moldeado bajo las interpretaciones de funcionarios como Guillermo Moreno y Axel Kicillof, entre los funcionarios que los empresarios identifican como los más “comprometidos” en redoblar la apuesta y mantener el mismo camino, a pesar de que el voto de la sociedad reclama retoques al rumbo.
En el mismo Coloquio de IDEA de Mar del Plata, los resultados de una encuesta realizada entre los 300 hombres de negocios más poderosos del país reflejaron la poca intención de las empresas de incrementar sus inversiones en los próximos años.
En el relevamiento, hecho por la consultora D’Alessio IROL, surgió que sólo el 5% de los consultados admite que incrementará sus desembolsos. Otro 20% asegura que la aumentará moderadamente. En tanto, un 49% sostiene que no modificará sus planes; un 17% que sus inversiones caerán levemente, y otro 9% que disminuirán significativamente. Es decir, un 73% de las empresas del país no tiene planes de anunciar nuevos desembolsos para incrementar sus negocios.
¿Las razones?. Los ejecutivos consideran que el Gobierno mantendrá el mismo esquema macroeconómico al que acusan de impedir una mayor apertura de capitales.
En esta lista incluyen a la “elevada” presión fiscal; la imposibilidad de ajustar sus costos por la inflación real; un panorama de crecimiento económico menor; reglas de juego cambiantes e inestables y falta de crédito para la inversión.
Por eso, a pesar del resultado electoral, no prevén mayores cambios en la situación económica.
Por eso, para 2014 apuestan a diversificar productos y servicios y a optimizarse internamente para disminuir costos porque saben que no habrá medidas de ayuda que provengan de la Casa Rosada.
Y esto, argumentan, hace que cuatro de cada 10 empresas teman que se prolongue el proceso de pérdida de rentabilidad. O que ocho de cada 10 compañías tengan comprometida la capacidad de producción, dado que operan a más del 70% de su capacidad. O también que el nivel de inversión previsto para 2014 ronde el 12%, y sea un valor similar al del año pasado.
Con estos resultados a la vista surgió, entre los hombres más poderosos del país, la necesidad de “rearmar” una agenda común para enfrentar los próximos dos años de transición que se abren a partir del nuevo mapa político de debilitamiento kirchnerista surgido de las elecciones de ayer domingo y que se extenderá hasta 2015.
El diálogo entre sectores del campo, la Unión Industrial Argentina, AEA y voceros de los grupos empresarios más fuertes del país abarca desde esta decisión de frenar nuevas inversiones, hasta la posibilidad de abrir vínculos con referentes del Gobierno para entablar una nueva relación que permita convencer al poder político de ejecutar cambios en el rumbo.
Los empresarios advierten que si no son escuchados no habrá en el horizonte cercano anuncios importantes en cuanto a destino de grandes sumas de dinero para nuevos proyectos o emprendimientos.
Sin embargo, son escépticos a la hora de evaluar positivamente un cambio de rumbo de parte del Gobierno, a pesar de la derrota electoral que encumbró a Sergio Massa como el nuevo hombre fuerte de la oposición al relato K.
Por eso estiman que quedarán sólo los de corto plazo, los planes orientadas a mantener operativos los negocios actuales, o a sostener el capital de trabajo. O los anuncios “obligados” por las condiciones impuestas desde el oficialismo para sustituir importaciones, por ejemplo.
Esos planes cuya vocera es la ministra de Industria, Débora Giorgi, y que surgen más que nada de la política de “convencimiento” que utiliza el aparato oficial, antes que de la propia iniciativa de las compañías.

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