8 nov 2013

El PBI de Estados Unidos logra su mayor suba en 18 meses


La economía creció 2,8% en el tercer trimestre, contra el 2% esperado. Sin embargo datos negativos, como la desaceleración del consumo, generan incertidumbre

La economía estadounidense creció un 2,8 % entre julio y septiembre, el mejor registro en año y medio, un dato que sorprendió favorablemente a la mayoría de los analistas que había pronosticado un crecimiento cercano al 2 %.
El Producto Bruto Interno del tercer trimestre de la primera economía mundial superó también el ritmo del 2,5% de entre abril y junio.
La mejora obedeció fundamentalmente a la buena marcha de las exportaciones que subieron un 4,5% y la inversión de capital fijo, especialmente en construcción residencial.
La producción industrial también logró en el mes de septiembre su mayor incremento en siete meses debido a que la producción servicios básicos aumentó tras varios meses de declives. El dato negativo fue que las manufacturas industriales mostraron señales de enfriamiento. La producción industrial subió un 0,6% después de ganar un 0,4% en el mes de agosto.
El aumento de los inventarios de las empresas también contribuyó positivamente al PBI, aunque podría tener un efecto no deseado en los próximos meses sobre la producción.
El dato depende también en una parte importante de la inversión inmobiliaria, uno de los sectores que se recuperó con mayor fuerza.
Pese al mayor empuje del PBI, el gasto de los consumidores no avanzó con la fuerza del segundo trimestre al crecer en el período julio-septiembre un 1,5% por debajo del 1,8 % anterior, una desaceleración importante debido a que este indicador representa dos tercios de la economía estadounidense.
El avance del consumo de los hogares es el más bajo desde el segundo trimestre de 2011 y está por debajo de la tendencia de entorno al 2 % de los últimos trimestres.
Otro componente importante, el gasto público federal, cayó un 1,7% por mayor gasto de los gobiernos estatal y local.
El Bank of America-Merrill Lynch y Goldman-Sachs consideró que el crecimiento del último trimestre del año podría contraerse en hasta medio punto porcentual por el cierre de la Administración, que afectó a más de 800.000 empleados públicos y varios miles de contratas privadas vinculadas al gobierno.
El cierre detuvo importantes programas oficiales y provocó, por ejemplo, que el dato del PBI difundido llegue con una semana de retraso.
El dato de crecimiento será clave para que la Reserva Federal determine el momento en el que decide comenzar a retirar gradualmente su programa de estímulo monetario de hasta u$s 85.000 millones mensuales, que amplía el efecto expansivo de unos tipos de interés cercanos a cero desde diciembre de 2008.
Además del PBI, el banco central estadounidense vigila de cerca el dato de desempleo, que quedó colocado en septiembre en 7,2%. Ayer se conoció que se registraron 9.000 solicitudes iniciales de subsidios por desempleo menos, a una cifra desestacionalizada de 336.000 la semana pasada.
El panorama económico incierto está haciendo que las empresas sean cautelosas a la hora de aumentar las contrataciones. También están conteniendo los gastos en bienes de capital.
La inversión de las empresas bajó, en mayor parte debido a gastos en equipamiento, que cayeron por primera vez desde el tercer trimestre del 2012.
Jason Furman, responsable del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, valoró el dato al indicar que es “una señal de que la recuperación ganó tracción” y recordó que es momento de invertir en empleo y crear un ambiente de certidumbre empresarial, para contrarrestar los efectos negativos del cierre administrativo pasado.

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