31 oct 2013

España debería ser realista mientras celebra


Hace sólo 12 meses, España estaba sepultada en una crisis económica y constitucional. Madrid tuvo que recurrir a sus socios de la eurozona por ayuda para apuntalar sus castigados bancos.
Un año después el panorama es más alentador. Es cierto que el resentimiento todavía borbotea en Barcelona; todos los días sube el tono de los pedidos de independencia. Pero la economía está lentamente recuperándose. En el trimestre hasta septiembre, España volvió a crecer tras nueve meses de contracción y el desempleo empezó a disminuir, aunque desde niveles muy elevados.
Mariano Rajoy tiene parte del mérito por el cambio de marea. España gradualmente recupera la competitividad internacional y su cuenta corriente pasó a ser superavitaria. Esto se debe en parte a que la gravedad de la recesión, porque los españoles tienen menos dinero para gastar en productos importados. Pero las reformas laborales del gobierno ayudaron a bajar abruptamente los costos laborales, lo que debilitó el poder de los sindicatos.
Sin embargo, el gobierno haría bien en no exagerar el entusiasmo por el reciente auge exportador. En primer lugar, el índice de desocupación, de 26%, sigue siendo extremadamente elevado. El crecimiento económico puede ayudar, pero Madrid debe asegurarse de que sus trabajadores cuenten con los conocimientos adecuados. Debería ser prioridad mejorar los estándares educativos y volver a capacitar a quienes hace tiempo que están desempleados. Algunos de los recortes al presupuesto del ministerio de empleo fijados en el pico de la crisis deberían revisarse. El ahorro tendrá que provenir de otro lugar.
Madrid también necesita mantener el foco en sus cuentas públicas. Si bien fue correcto aminorar el ritmo de la consolidación fiscal durante la recesión, el gobierno español todavía tiene déficit primario. La deuda pública va camino a representar el 100% del producto nacional a fines de 2014. Eso exige repensar las prioridades del gasto del gobierno.
Ahora que pasó lo peor de la crisis, el desafío de Rajoy es darle nueva forma a la economía basándose en un modelo que sea más sustentable. Las primeras señales (incluyendo el rol mucho menor en la construcción) son alentadoras. Pero es necesario hacer mucho más para brindarle a España el futuro que se merece.

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