29 oct 2013

El Banco Central apunta abajar las tasas y aumentar la liquidez de los bancos


Las Lebac, los bonos que emite el BCRA, podrán ser utilizadas por bancos comerciales como garantía cada vez que se pretenda colocar créditos de la línea del Bicentenario

Más dinero, más barato. Esta parece ser la intención del Banco Central que la última semana realizó algunos cambios significativos en los requisitos de la línea de créditos del Programa del Financiamiento Productivo del Bicentenario, una de las más importantes que ha lanzado el Gobierno en el último lustro y de la cual se pretende llegar en una primera etapa a los $ 8.000 millones (llevan más de $ 7.000 millones).
Hasta ahora, si un banco comercial quería otorgar préstamos de la línea tenía como requisito la constitución de una garantía donde sólo se aceptaban títulos públicos nacionales. A partir de ahora, el BCRA también aceptará hasta 25% de títulos provinciales en esa garantía. Sin embargo, la esencia de la norma, pone el foco en las Letras y Notas que en forma semanal emite el Banco Central y que le sirven a la entidad como recurso para inyectar o restringir la cantidad de dinero que circula en la economía, como también para poner como referencia una tasa de interés para el sistema financiero. A partir de ahora también las Letras y Notas del Banco Central serán de la partida, es decir, podrán ser utilizadas por los bancos comerciales como garantía cada vez que se pretenda colocar créditos de la línea del Bicentenario.
De todas formas, los adelantos que otorga el BCRA están destinados a promover el financiamiento de proyectos –los bancos toman al 9% y prestan al 9,9% anual– que deben ser considerados estratégicos por la Unidad de Evaluación integrada por los Ministerios de Industria, de Economía y Finanzas Públicas y de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Para Andrés Méndez, socio de AMF, dos serían los objetivos del Gobierno. Por un lado, aumentar la liquidez de los bancos y, por otro, ponerle un tope a la tasa de interés.
“Hay que tomar a las Letras y Notas como un encaje voluntario que hacen los bancos. Si les liberan ese encaje y les dan una nueva utilidad, es probable que esto ayude al banco a liberar recursos que pueden ser utilizados en la creación de dinero secundario y con ello aumentar los pesos que puede prestar el sistema financiero”, señaló Méndez.
Otro de los argumentos que dan vuelta es la búsqueda de una baja en las tasas de interés sin resignar depósitos. Los bancos enfrentan un escenario desigual. Por un lado los depósitos crecen a una tasa del 30% anual mientras que los préstamos se incrementan a razón del 40%. ¿El peligro? Que las entidades terminen descapitalizándose o que, en su afán por bajar las tasas, termine incentivándose al mercado del dólar blue.
Por ello la medida también es vista como una forma de apuntalar la liquidez por parte del Banco Central.
Para la gente de Empiria Consultores, “la recomposición de la liquidez podría interrumpirse, al menos hasta diciembre, si la emisión para financiar al fisco se toma un respiro y no afloja el ritmo de venta de divisas”. A la vez sostienen que “a mediano plazo, la liquidez sistémica dependerá más críticamente de que se vaya disipando la incertidumbre cambiaria” y que “en la medida que persista, la presión sobre las tasas podría acentuarse”.
Como resultado de los distintos ritmos de crecimiento entre créditos y depósitos, el ratio de liquidez amplia (reservas bancarias y tenencias de Lebac contra depósitos, tanto de bancos públicos como bancos privados) cayó en septiembre al 33,8%, su nivel más bajo desde principios de 2004. La moderación de la emisión monetaria (está en el 26% interanual) frenaron esa vuelta de los pesos a los bancos. La tasa Badlar que pagan los bancos privados por plazos fijos a 30 días llegó a tocar el 19,5% anual.

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