3 jun 2013

Baja el consumo por el enfriamiento laboral y salarios estancados


El principal motor de la economía kirchnerista se está apagando. El enfriamiento del consumo ya es un hecho. Ante la necesidad de estimularlo y de cara a las elecciones legislativas, el Gobierno anunció una serie de medidas que apuntan a reactivar la demanda, con el objetivo también de recuperar la demanda laboral, que marcó la pérdida de 255.000 empleos en el último trimestre.

En esa línea, un reciente informe de Ecolatina señala que la capacidad de crecimiento del consumo se vio afectada este año no solo por una débil performance de la actividad sino también por el “enfriamiento” en el mercado laboral y un contexto de “salarios reales estancados”. Las diferentes variables que cuantifican la evolución del consumo (ventas en supermercados, ventas minoristas, IVA DGI) muestran que el gasto de los hogares se resintió, mientras los indicadores de confianza del consumidor también indican una pronunciada caída en los últimos meses. El informe advirtió que “tanto la baja creación de empleo como el contexto de salarios reales estancados afecta la capacidad de crecimiento del consumo”. El empleo trepó tan sólo 0,7% en el primer trimestre de 2013, mientras la subocupación demandante aumentó 11%.
Para Ecolatina, el salario real acumula una caída de 1,1% respecto de diciembre último, mientras se mantiene estable con relación a los registros de los primeros meses del 2012. En ese contexto, la mayoría de los sindicatos cerraron paritarias en torno a 24% a aplicarse durante los próximos 12 meses, superando las pretensiones que tenía el Gobierno a principios del año. Según Ecolatina, “si bien hay sindicatos que no alcanzaron un acuerdo aún (por ejemplo, el de Camioneros, que reclama un ajuste del 34%), la mayoría ya cerraron o están próximas a hacerlo”. En muchos casos incluyen aumentos retroactivos, además de subas no remunerativas que aumentarán el poder adquisitivo de la fuerza de trabajo. La consultora señala que “las subas se darán de manera escalonada, por lo cual el impacto pleno se distribuirá en el tiempo. Sin embargo, en muchos casos incluyen aumentos retroactivos, además de subas no remunerativas que en los hechos no se computan como alzas de salarios, pero aumentarán el poder adquisitivo de la fuerza de trabajo”.
“En los últimos años la elevada inflación empujó al sector privado a adelantar decisiones de consumo ante la pérdida de poder adquisitivo de sus saldos reales y la falta de alternativas de ahorro/inversión en pesos”, consignó el estudio. Pero ante la “exacerbación de las tensiones cambiarias”, se fortaleció tanto la dolarización de portafolios como el gasto en turismo externo o de bienes importados como forma de acceder a un dólar inferior al paralelo.
Por eso, el Poder Ejecutivo lanzó algunas medidas para reactivar la demanda. El aumento de las asignaciones familiares actúa en este sentido y, sumado a los acuerdos salariales, permitirían un “shock de ingresos” que se canalizaría al consumo. Entre junio y julio –dependiendo del caso– se empezarán a transferir los nuevos montos en concepto de asignaciones, entre los que se destaca una suba de más de 35% en la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Sin embargo, el riesgo implícito es que los nuevos pesos volcados al mercado (que inicialmente apuntalarán el gasto) luego se dirijan al mercado paralelo, presionando nuevamente sobre la brecha cambiaría.
Ecolatina considera que pasadas las elecciones, el consumo volverá a resentirse, aunque los esfuerzos oficiales para estos meses permitirán que 2013 sea algo mejor que la del año anterior.

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