La reducción fue acordada por los bancos a pedido del Banco Central, luego de que el organismo considerara que se había "desnaturalizado" el instrumento de financiamiento en el marco de la nueva regulación cambiaria (el cepo), y de que detectara "abusos sustanciosos" en los países más cercanos, especialmente Uruguay. Con esto las entidades terminaron de rechazar los esfuerzos que hizo el organismo para que dispusieran un tope consolidado por DNI (en lugar de por tarjeta, como rige actualmente) y evitar así el tamaño de las extracciones.
Algunos bancos ya habían explicitado unilateralmente, en los resúmenes de cuenta que fueron emitidos a principio de mayo, un límite de $ 2.000 mensuales (u$s 380). Pero, ahora, el acuerdo los obligará a unificar el criterio: un tope menos estricto para los turistas que viajen fuera de la región; y uno casi simbólico para quienes visiten Uruguay, Bolivia, Paraguay, Brasil y Chile.
La última vez que las entidades habían aplicado un límite "universal" para todos los clientes de un segmento había sido en octubre pasado, cuando decidieron fijarlo en los u$s 1.500 mensuales para de ingresos medios y bajos.
El Central pasó de la preocupación a la obsesión por esta vía de fuga de dólares en los últimos días, tras detectar que en el primer trimestre los adelantos en dólares por tarjeta de crédito habían alcanzado los u$s 120 millones; y que, en abril, el drenaje por este concepto se volvió a ubicar arriba del promedio. En el organismo consideran que hubo una "clara evidencia de la intención de atesorar divisas" que tenían muchos de los clientes, a pesar de que, según su versión, esta vía está destinada sólo a gastos de turismo.
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